Es difícil explicar tanto desconsuelo y frustración en la gente, tanta hemorragia de puños enfurecidos. Es que no hemos crecido un carajo. Yo no tengo la solución, pero si se que ninguno de nosotros estamos bien. Si engañados, conformados o conformistas. Pensando que cada vez nos parecemos más físicamente al modelo de hombre creación, si no fuera porque todavía tenemos que masturbar toda la ira del razonamiento de supervivencia que nos trae a tan mal traer, desconfianza entre los ojos, entre nuestro mismos hermanos.
Llevamos miles de años peleando por un amor, un pedazo de pan o un cacho de tierra. Los de allá, los de acá... leyendo leyendas sobre paredes cansadas de ilusiones; de versos sobre poesía predicada; sueño sobre sueños dormidos, discursos completos transformando la verdad y la razón sobre los días; y uno mismo creciendo entre historias cambiadas con lapiceras comprometidas, banderas impuestas con fronteras y papeles, partido políticos y desayunos agrios...
Pero ahora tengo la necesidad de mirar la ventana con mi par de ojos optimistas, con una necesidad de replanteos, de reencausar objetivos... Viviendo nuestra propia historia, creando nuestro espacio, no se trata de virtuosismo, se trata de la energía, pasión y frustraciones, es decir… la vida, la nuestra.
Es difícil explicar tanto desconsuelo y frustración en la gente, tanta hemorragia de puños enfurecidos. Es que no hemos crecido un carajo. Yo no tengo la solución, pero si se que ninguno de nosotros estamos bien. Si engañados, conformados o conformistas. Pensando que cada vez nos parecemos más físicamente al modelo de hombre creación, si no fuera porque todavía tenemos que masturbar toda la ira del razonamiento de supervivencia que nos trae a tan mal traer, desconfianza entre los ojos, entre nuestro mismos hermanos.
