La vida es peligrosa, no por la gente que hace el mal, sino por la que se sienta a ver que pasa. Albert Einstein
Tenemos el caso de cromañon. Chaban tiene la culpa, ¿pero quien dejo entrar la bengala, quien la disparo, quien alentaba hacerlo, quien hace control de la gente que estaba adentro, que se le dio a esos chicos que buscaban olvidarse un rato de la realidad que vivían? A nadie le gusta que le digan que uno tiene parte de la culpa.
Propongo y me propongo la búsqueda de modos de vidas diferentes para cambiar una sociedad que repetirá una y otra vez el fracaso institucionalizado. Porque si los jóvenes agreden, no respetan y se emborrachan, es por que eso es lo que le brinda la sociedad, la juventud es si se quiere (o no) el reflejo distorsionado de los mayores. La política que aficha ciudades y hace discursos no puede cambiar el país, porque maneja masas de personas, NO personas. Porque no se trata de que todos seamos iguales, sino poder ser diferentes. Cada uno es lo que es: un ser único.
Y con esto volvemos a la frase del principio, porque el mal que se genera no solo parte del que lo hace, sino también del que no hace nada.
Porque hablar hablamos todos. No es mi intención escribir algo en contra de lo limitado que vivimos cultural, política y socialmente, porque hemos aprendido (al menos yo) que se gasta mucha energía en estar en contra de algo. Uno debe desprogramarse de esta triste realidad con un código mas acorde a nuestras creencias y necesidades, pero todo pasa por un cambio personal que me ubique como protagonista para encontrar la coherencia buscada para el cuerpo social.