Antes de empezar tengo que aclarar que al igual que los académicos, tampoco se definir la felicidad, porque como a muchos a la primera duda (o a la segunda), voy a consultar el diccionario. Pero leído lo que leí, se me hace que los académicos están algo confusos en esto de definir la felicidad que, (es más) me crea cierta confusión.
Haciendo un paréntesis en este tema, hay que reconocer en que hay ocasiones que están brillantes en las definiciones, pero claro, este no es el caso. Eso que ofrecen tres acepciones muy simples ( bah, simplista). La primera dice que es un estado de ánimo que se complace en la posesión de bienes (Cosa esta que es contraria a todas las filosofías desde el principio de los tiempos). Como segunda definición tiene: satisfacción, gozo, contento. (Bueno en esta tampoco se detuvieron a pensar mucho, además estar contento no creo que sea ser feliz). Y en tercer lugar pone suerte feliz y se acabo.
Decididamente no tenían un buen día cuando andaban por la "f".
Respecto de la felicidad
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felicidad
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GeRO Reimers
me siento comodo
Hay lugares que son como circo móviles que me van acompañando y se asientan donde menos los espero, de esta manera me siento cómodo tomando mate con olor a torta frita en el aire mientras converso con amigos; en la inmensa soledad del poema cuando no tenes a nadie a quien abrazar y poder llorar sobre su hombro; entre mares de rostros rojos y transpirados saltando al ritmo primitivo de la música que me lleva; despreciando el tiempo que apura las manecillas del reloj mientras miro una película que sólo me dejara un par de sonrisas.
Me siento cómodo de igual manera cuando después de haber caminado todo el día me saco las zapatillas, cuando siento la lluvia mojarme en un día tórrido de verano, o cuando después de haber transitado una avenida de tristezas, en mi rostro brota una sonrisa de fe al apagar la luz y dormirme.
Me siento cómodo de igual manera cuando después de haber caminado todo el día me saco las zapatillas, cuando siento la lluvia mojarme en un día tórrido de verano, o cuando después de haber transitado una avenida de tristezas, en mi rostro brota una sonrisa de fe al apagar la luz y dormirme.
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