
A veces una palabra, un saludo a tiempo, un chiste pavo hace que la distancia se distancie, que se transgreda lo que los metros imponen. También hay distancias políticas o cercanías culturales, encuentros emotivos, sublevaciones de vino y relatos, memorias cercanas y arcanas. También es cierto que a veces la distancia nos impone su dictadura de silencios, pero por suerte, a veces la palabra nos auxilia. Pues "Una palabra tuya, bastara para sanarme".
Lo que no sé, es a que distancia estoy de encontrarme realmente.