Acá. A la derecha de tu dulzura. En este lugar la mano lenta, aquí la devoción a tu vida y en este sitio, si es necesario, la espada y el escudo también, para que tengan solución eterna quienes son fagocitados por problemas tan difícil como pelar una naranja, porque quiero evitar imaginar el momento de decidir, en que lugar se sienten más cómodo.
Hay lugares donde experimente la suavidad, después hubo sitios que me parecían conocidos y la música era algo intranscendente (inexpresiva, pero compañera), hubo lugares donde donde jamás llegue, hubo otros donde negocie, hice las paces, estuve en sitios donde perdone con una compasiva sonrisa, para después irme a dormir mientras afuera seguía la fiesta y finalmente ando en donde todos se ríen como imbéciles y es sabido que a los imbéciles jamás se les puede explicar o pedir explicaciones.
Pero además de todos estos lugares, también me siento cómodo manteniéndome inocente con tantas muertes incomprensibles; me siento cómodo al acostarme en mi cama dejándome llevar por distintos sueños; me siento cómodo acostándome junto al cuerpo de una mujer dejándome llevar por sus bellas tetas. Me siento cómodo revolcandome en mi ego para no tener que pensare en los otros, me siento cómodo amando a los otros porque evito amarme a mi mismo, porque me conozco bastante bien, por eso muchas veces me siento cómodo en lugares donde no estoy.