Somos responsables de nuestra desgracia, de nuestra tristeza endémica, de nuestro escepticismo destructivo, hemos permitido durante mucho tiempo que las minorías nos condujeran por el camino de la ignorancia y la prepotencia de conceptos de vida, permitiendo que dispongan de nuestro permiso de volar. Pero aún huérfanos de una técnica de vuelo, la potencial creatividad sigue vigente, existe aun tras los pliegues de las palabras vacías, perpetuando nuestros derechos a los espacios que por naturaleza nos corresponde, es importante asumir que tenemos las condiciones y poseemos los medios para poder hacer, para vencer los temores y empezar a volar . De esta manera también seremos responsables de nuestra libertad, de poder volar y tener autonomía propia de mente y cuerpo. Tenemos este poder latente que deberá ir transformándoos en activo a medida que prioricemos nuestra condición humana, nuestro dinamismo y nuestra creatividad frente a los discursos masificantes, la protesta enceguecida o la quietud del letargo.
Por eso amigo, la hora de las decisiones ha llegado, los errores y aciertos que nos conciernen serán útiles en la medida en que sepamos y tengamos claro cuales son nuestras aspiraciones, nuestras virtudes a explotar y los complejos y angustias por superar. De esta manera, nosotros, en un principio dependiente, tendremos en nuestras manos el control de nuestras alas, posibilitándonos recorrer nuestro camino… pero esto es obviamente si tenemos el permiso de volar, no sea cosa que nos dejen plantado en el suelo sin poder despegar.