Celebrar la libertad

Muchas veces un “acá ando dándole vuelta a esta idea que no sale y ya se me ocurrirá algo que decir” me es suficiente. Tal vez contarte que hago o que no, o en todo caso el valor agregado con que cuenta, es metáfora y poesía, el capital más valioso que podemos poseer y que no lo pueden regular. En este caso el vuelo propio y ajeno no posee límites ni reglamentaciones, ni "permisos de vuelo", no incluye esa libertad Kantiana de premio al buen comportamiento y en contraposición al presidio.

Hace calor en La Rioja, paso una breve lluvia y esta ahí nuevamente el calor espeso que taladra el paladar y lo seca. Voy a ir en busca de las catedrales de cerveza y prometo brindar por vos y brindar por mi libertad, esa doliente libertad que me permite respirar cada mañana. Nuestra soberbia libertad que nos hace volar por sobre un gran número de gente y te hace ver cosas que uno no quisiera ver y es ahí donde uno entra a dudar ¿no sería mas simple y más sencillo ser uno más?
En realidad soy uno más, pero conciente a partir de esta libertad y eso la hace doliente, molesta y seguramente a vos te debe pasar lo mismo.

Estamos condenados a nuestra libertad. Celebro por eso

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